Grrr...

miércoles, 16 de febrero de 2011

Vino después Jota

Para no hablar tan de frente- con el computador, por supuesto- Jota se llama simplemente Jota.
Fué mi cuarto novio, mi segunda experiencia, y mi primer amor. Ojalá hubiera sido mi primera vez, pero de esa ya les conté de horrible.
Con Jota la primera vez no fue buena. Aún no éramos novios cuando tuvimos sexo por primera y última vez, porque las doscientas veces siguientes fueron amor.
Pero qué mas da. La primera vez fue sexo.
Y yo lo deseaba. No sé porqué, pero Jota me despertaba ganas hasta entonces escondidas.
Cuando, sin planear, empezó el juego de posiciones, a mí no me gustó. Tenía problemas para ubicarse dentro, y me dolió siendo yo tan virgen como Madonna.
No fingí orgasmo, porque aún no sabía qué era eso, mucho menos fingirlo. Pero fingí que me gustaba. Ya sabes... un gemido por aquí, un suspiro por allá, y apretar las uñas en sus hombros.
-¿te gusta?

Por dentro me reía, porque no me gustaba para nada... pero bueno... se estaba esforzando, y sabía que podría, con mi poca experiencia, entrenarlo cual perro sin modales.

Después de dos intentos en menos de treinta días, lo amarré y era mi novio. Me enamoró el cabrón. Pero ja!! le enseñé lo que era el punto G, y a cambio, el me enseñó a gritar como una loba. Mas bien a aguantarme los gritos, porque en mi casa no podíamos darnos el lujo de gritar como fieras.

Ya después les contaré de Jota. Lo amé. Es importante.
Tuvimos una relación de trece meses que me marcaron hasta el alma. Tuvimos correspondecia de cartas y todo. Tuvimos cenas románticas y salidas a la playa de noche.

Y tuvimos sexo en el coliseo de su Universidad, en una ópera y en un cuarto de salvavidas del club Playa.

Lo demás... son detalles que no alcanzan en una sola entrada.

1 comentario:

  1. qué genial lo del cuarto de salvavidas de la playa.
    me dejas con ganas de saber qué pasó después, por qué se acabaron las salidas a la playa.

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